Las albóndigas con tomate son un plato que por muy elemental que parezca, suele ser el resultado de un largo trabajo, de un proceso de alimentos y un minucioso trabajo que no deja nada en manos del azar.
A mi me gusta mucho la comida tradicional.
Me gusta buscar permanentemente los sabores de la comida de siempre, con los productos de la despensa tradicional, y ponerle una dosis de mimo, de cariño, de atención..... El resultado debe ser convertir en aromas, sabores y texturas culinarias lo que parece sencillo. Transformar lo más básico en sabores extraordinarios.
En nuestro país, la carne tiene una gran tradición en la mesa. Por razones de frescor, es mejor comprar la carne y que te la piquen y procesen allí mismo, no comprarla ya picada. La carne que ya ha sido manipulada no conviene dejarla para hacerla a los pocos días. Es mejor hacerla rápida y consumirla pronto.
Una vez picada, la carne combina bien con la cebolla, el ajo, el perejil, hierbas aromáticas,,,etc.
ingedientes:
- un kilo de carne (medio de ternera y medio de cerdo)
- ajo
- cebolla
- pimiento
- perejil
- hierbabuena
- pan rallado
- pimienta blanca
- vino blanco
- harina
- huevo
- tomate
cortamos media cebolla, un diente de ajo, perejil, y unas hojas de hierbabuena. lo ponemos en el vaso de la batidora con un huevo, y un chorrito de vino blanco. Batimos.
La carne la ponemos en un bol, y le añadimos la mezcla que hemos batido. mezclamos con la carne, y le añadimos un poco de sal, y una pizca de pimienta blanca.
Le añadimos pan rallado, y unimos todo para que se vaya ligando. El pan rallado unido con el huevo que hemos puesto antes, hará que la carne no se deshaga al freirlas quedando algo más compacta. El vino ayudará a que no se queden muy apretadas y secas. A mí me gusta que queden blanditas y jugosas.
Cortamos cebolla, un diente de ajo, pimiento rojo y verde, y lo picamos todo muy pequeñito y los ponemos a pochar en una olla o sartén baja y ancha.
Mientras se va pochando la verdura, batimos el huevo, donde rebozaremos la carne una vez que le hayamos dado la forma redondeada.
Cuando ya está pochada la verdura, le añadimos el tomate, sin piel, y le añadimos un poco de sal y un chorrito de vino blanco, y lo dejamos cocer a fuego lento.
Si no les gusta encontrarse los trocitos de verdura y tomate, lo pueden pasar por la batidora una vez que ya esté cocinado.
formamos las albóndigas, y las pasamos primero por harina, luego por el huevo, y por último por pan rallado. Las freímos en abundante aceite de oliva. Las sacamos y las colocamos sobre una fuente con papel absorbente.
Luego las vamos colocando sobre el tomate, y dejamos cocer a fuego lento para que no se peguen. Poco a poco se irán poniendo más blanditas, al tomar el contacto con el líquido. Absorberán todos los sabores de la salsa, y ésta última, se impregnará de los jugos de la carne, dando lugar a una salsa que estará para mojar pan hasta rebañar el plato.
Acompañadas de una buena fritada de patatas, será un plato único de categoría, y con los sabores de siempre, y por supuesto, con los ingredientes de siempre de nuestro fondo de frigorifico.
Buen provecho.
1 comentario:
La fotografía tiene vida !!!!....fantastica receta, me encanta.
besos
Miguel
lareposteriademiguel.blogspot.com
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